Marcha por la Vía Verde


Hace diecinueve años un grupo de compañeros de Móstoles soñó con rehabilitar para el  disfrute humano el antiguo trazado ferroviario que discurría entre Madrid y Almorox. La idea era hermosa: abrir un camino a la naturaleza en el occidente del área metropolitana madrileña, una puerta al campo para más de un millón de personas que enlazaría, de forma natural y sostenible, las poblaciones del suroeste madrileño con Almorox. De esta forma, Móstoles, Navalcarnero, Villamanta, Méntrida, Santa Cruz de Retamar, Villa del Prado y Almorox, recuperarían su tradicional papel de enlace no solo de productos de las huertas locales sino de la historia, cultura y arte de sus poblaciones. Pronto nos sumamos a ella diversos colectivos y personas comprometidas con la vertebración natural del territorio tan necesaria para la subsistencia de los ecosistemas que lo componen y para el sustento de parte de la población que lo habita. Era la combinación perfecta: desplazamiento con nula contaminación, deporte saludable, ocio cultural no mercantilizado, conocimiento y respeto de los valores locales.

Hace diecinueve años no era un buen momento, sin embargo. Soplaban vientos de competitividad, de economía depredadora, de planes faraónicos, de burbuja inmobiliaria. Cualquier proyecto parecía contar con respaldo económico público con tal de que se movieran millones de euros, cuantos más, mejor. No importaba su utilidad social. Se vendió como progreso, y se despilfarraron docenas de millones de euros, en la construcción de complejos deportivos que después no se mantuvieron, centros culturales ajenos a las necesidades de las poblaciones locales, costosísimas carreteras radiales por las que no transitaban coches y estaciones de tren que tuvieron que cerrarse pocos años después o cuyas inacabadas obras adornan los campos arrasados.

Diecinueve años, una generación, reivindicando la vía verde mientras veíamos la ruina a la que nos conducía la visión del crecimiento económico ajeno a la mejora de las condiciones de vida de la población.

Diecinueve años en los que no ha habido ni un solo pronunciamiento desfavorable para el acondicionamiento reivindicado: todos los alcaldes afectados lo apoyaron, todas las administraciones afectadas lo apoyaron, todos los grupos políticos de la Asamblea de Madrid lo apoyaron. Todos los organismos ferroviarios lo apoyaron. Y poco, por no decir, NADA, se ha hecho, tan solo se ha acondicionado, y no sin polémicas, el trazado que discurre por Móstoles.

Los grupos y personas que conformamos la Plataforma en defensa de la vía verde Madrid y Almorox, agradecemos a las personas que nos han apoyado su labor. Agradecemos a algunos grupos políticos de la Comunidad de Madrid tanto de la anterior legislatura como la actual, sus esfuerzos en la defensa de esta idea. Agradecemos, también,  a los diversos grupos municipales que la defendieron en los ayuntamientos de Móstoles, Villaviciosa y Navalcarnero. PERO, es evidente que no es suficiente. Ahora pedimos que se concreten las promesas escritas en los programas electorales.

QUEREMOS QUE LA VÍA VERDE LLEGUE YA A NAVALCARNERO. 

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